El dolor abdominal es una de las molestias que más aquejan a la población adulta. Muchas son las causas, así como múltiples los tratamientos disponibles para su manejo. La principal preocupación para la persona, así como para el médico, es determinar la causa de la enfermedad y si debe ser sometido a cirugía para mejorar su manejo.
Entre las enfermedades que producen dolor abdominal con mucha frecuencia y son motivo de consulta de urgencias se encuentra el síndrome de intestino irritable (SII).
A nivel mundial, se estima que el SII afecta aproximadamente al 10 % de la población, pero las tasas de prevalencia son muy variables. De un país a otro, la prevalencia oscila entre el 1,1 y el 45 %.
Las mujeres parecen verse afectadas entre 1,5 y dos veces más a menudo que los hombres, y la prevalencia parece disminuir a medida que aumenta la edad. Sus síntomas afectan marcadamente la calidad de vida; su impacto negativo es tan alto que muchos pacientes reducirían de 10 a 15 años su expectativa de vida con tal de tener una cura total de sus síntomas.
Muchos diagnósticos se pueden confundir con este síndrome, al punto de ser llamado por algunos gastritis, colon inflamado, colon irritado o colon espástico.Atención a estos síntomas
Atención a estos síntomas
Sin duda, el dolor abdominal recurrente es una guía, pero este debe presentarse al menos un día a la semana durante 3 meses previos asociados con dos o más de los siguientes factores: relacionado con la defecación; que existan cambios en la forma (apariencia) de las deposiciones y modificaciones significativas de la frecuencia intestinal.
Su diagnóstico se basa en protocolos clínicos llamados criterios de Roma IV, que comprenden dolor abdominal asociado a los elementos antes descritos y complementarlos con una historia clínica completa. El uso de pruebas de diagnóstico es limitado, dado que este es netamente clínico.
Con base en los criterios diagnósticos, el SII puede ser: con predominio de estreñimiento, de diarrea o mixto. Esta clasificación es de utilidad para el manejo de los síntomas.
Algunas causas
Muchos son los mecanismos involucrados en la generación del SII, entre ellos están las alteraciones del sistema nervioso como manifestación de la conexión entre el cerebro y el intestino; sensibilidad visceral, la dieta, las bacterias intestinales y su interrelación con la mucosa intestinal, la barrera mucosa y la motilidad intestinal. Últimamente ha cobrado importancia el papel de la microbiota en la producción de la enfermedad.
Hay señales de alerta para tener en cuenta como indicador de una posible enfermedad que pueda estar escondida tras el SII. Entre estas se encuentran la pérdida inexplicada de peso, la presencia de sangre en la materia fecal, inicio en edad avanzada y cuando el SII se presenta de una manera tan intensa que le comprometa hasta el sueño al paciente.
El tratamiento
Muchos tratamientos se han utilizado para su manejo, el cual debe ser indicado por el médico, basado en el subtipo de SII encontrado y la sintomatología predominante en el paciente.
El análisis clínico es determinante, y la dieta es un pilar en la mejoría de los síntomas. En ese sentido, se recomiendan alimentos bajos en azúcares, en razón de que al fermentarse afectan el funcionamiento intestinal; hay que elevar el consumo de fibra.
Por el lado de los medicamentos, se pueden prescribir, según el caso, los que actúan en el músculo liso del intestino, produciendo relajación y alivio del dolor; también existen fármacos que modulan la sensibilidad del intestino.
Los prebióticos y los probióticos están tomando fuerza en el control de SII, sin que a la fecha los estudios sean conclusivos para una recomendación universal.
Los antibióticos de acción local pueden ser usados bajo estricto control médico para modificar –cuando es necesario– la flora intestinal, lo que ofrece respuestas favorables en algunos pacientes.
Cuando existen componentes emocionales se requieren manejo específico por psiquiatría o psicología, que determinan el manejo para cada caso.
No sobra decir que estos pacientes deben recibir desde el primer momento manejo especializado, esto para aclarar dudas, atenuar angustias y que sean el centro de la intervención.
Durante la pandemia de covid-19, el 11,9 % de las personas han manifestado empeoramiento de sus síntomas y el 2,8 % informó mejoría de los síntomas gastrointestinales. La comorbilidad de la enfermedad psicológica, y el estrés en el trabajo o la escuela se asociaron significativamente con el deterioro de los síntomas del SII.
Recomendaciones generales
Cuide su dieta, identifique y evite los alimentos que desencadenen los síntomas. Además, incremente el consumo de fibra en su dieta y conozca la enfermedad de la mano de su médico para lograr un mejor tratamiento.
Asimismo, el ejercicio siempre es un buen aliado para el manejo de la enfermedad, así como limitar el consumo de bebidas carbonatadas y cafeína.
Disminuya el consumo de salsas y guisos, al igual que comidas rápidas, y tómese su tiempo para comer, hágalo despacio y mastique adecuadamente los alimentos.
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Del mismo modo, evite en lo posible las situaciones que le produzcan estrés. No se autoformule medicamentos ni procedimientos diagnósticos y siga las recomendaciones de su médico durante el tiempo ordenado.
Fuente: El tiempo