La variante delta, así como las cifras de personas afectadas por la pandemia son factores que siguen despertando la preocupación de las autoridades de salud y de millones de colombianos: a junio de 2021 se reportaron: 4’2 millones de infectados por COVID – 19 y aproximadamente 106 mil que perdieron la vida.
Proteger la vida del coronavirus ha sido, quizás, uno de los retos más grandes de los últimos años. Lograrlo ha impuesto complejos desafíos en política pública: prevenir contagios masivos que colapsen el sistema de salud y mantener la actividad económica protegiendo a los más vulnerables, por ejemplo.
CoVIDA, el proyecto multidisciplinario liderado por la Universidad de Los Andes, en conjunto con la Secretaría de Salud de Bogotá y la Universidad Nacional, realizó el estudio más grande de vigilancia epidemiológica para COVID-19 del país, con pruebas diagnósticas de PCR aplicadas a cerca de sesenta mil personas, entre junio de 2020 y marzo de 2021 en Bogotá́. Con vigilancia epidemiológica activa, CoVIDA no solo se limitó a testear individuos con síntomas, sino que buscó un uso eficiente de las pruebas, centrando los esfuerzos en poblaciones con mayor riesgo de contraer el virus. Por esta razón, también se hicieron pruebas a individuos en distintas ocupaciones, priorizando a aquellas que por su actividad tenían mayor riesgo de exposición.
Lea la Nota de Política # 40: Programa CoVIDA
«Una de las ventajas del proyecto fue la rapidez con la obtención de resultados, se tenían en 24 horas, algo que ayudó a cortar cadenas de transmisión», destaca Luis Jorge Hernández, director epidemiológico de CoVIDA.
Y es que los hallazgos inquietan: 90 % de las personas testeadas eran asintomáticas; que 53 % de la población en Bogotá se habría contagiado de COVID-19 entre junio de 2020 y marzo de 2021; y a su vez que las tasas de infección varían considerablemente a través del tiempo, según ocupaciones, estratos socio-económicos y Unidades de Planeamiento Zonal (UPZ), ya que la positividad en los estratos bajos fue casi 4 veces mayor que en los altos. Las localidades de Ciudad Bolívar, Usme, y Bosa, las más afectadas.
Otros resultados muestran que quienes realizaron actividades relacionadas con el teletrabajo o trabajo en casa, tuvieron tasas de infección menores al 20 %. Quienes se vieron más afectados fueron guardias de seguridad, trabajadores de la construcción, comerciantes, taxistas, trabajadores del transporte público, militares y policías, debido a su exposición y múltiples contactos con otras personas. “Hemos identificado poblaciones con riesgos mayores para guiar donde priorizar pruebas, vacunas y otras medidas de seguridad”, indica Rachid Laajaj, director científico de CoVIDA.
En cuanto al tamaño del hogar, los investigadores hallaron que es un factor que puede estar relacionado con el contagio debido a las dificultades de mantener el distanciamiento físico. “Esas inequidades han marcado grandemente la propagación del SARS-CoV-2 en Bogotá y, probablemente, también en Colombia —afirma Zulma Cucunubá—. El problema de no tener apoyo socioeconómico suficiente lleva a que una gran parte de la población no pueda aislarse por un período prolongado».
Recomendaciones del estudio:
La vigilancia epidemiológica activa y el análisis de datos permite identificar poblaciones más propensas a contagiarse y a dispersar el virus.
Es fundamental nivelar el acceso a consultas médicas y a las pruebas.
Los aislamientos selectivos ayudan a la mitigación de virus y generan menor impacto sobre la economía que los aislamientos masivos. Especialmente, para los estratos sociales más bajos.
La identificación de las poblaciones más expuestas pueden cambiar durante la pandemia debido a los cambios en las aperturas o en la inmunidad por infecciones previas o vacunas. Por esta razón las estrategias de priorización también deben ser dinámicas. En el futuro, las poblaciones que se vean nuevamente expuestas pueden combinar baja inmunidad y alto número de contactos. Esto ofrece una lógica para intentar identificar las poblaciones a riesgo en el futuro. Por ejemplo los profesores de colegios en su apertura.
Dentro de las recomendaciones a seguir, Luis Jorge Hernández indicó que se debe acelerar la vacunación, continuar con vigilancia epidemiológica activa, detectar casos y hacer seguimientos que corten cadenas de transmisión. De igual manera, hacer medición de las medidas de bioseguridad, según las aperturas todo esto de manera educativa y pedagógica. “No podemos seguir dándole a la pandemia una mirada de policía sanitaria sino de política sanitaria, de cultura ciudadana, de autocuidado, de identificar tempranamente el brote”.
Fuente: https://uniandes.edu.co/